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La desaparición de las clases medias

George Plassat, Carrefour. Foto: El Mundo

Carrefour: 'Las clases medias han sido desplazadas en favor de los beneficios de las empresas'


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Nuestra opinión



Contundente el discurso de George Plassat, consejero delegado de Carrefour.

Un par de conclusiones rápidas y breves:

En primer lugar y refiriéndonos al titular: está claro que la crisis actual no es más que una transferencia de la riqueza. Esto es: "nada se pierde, todo se transforma”...o se transfiere. Antes la riqueza generada estaba mejor distribuida, básicamente, gracias al empleo digno y a la existencia del pequeño comercio; hoy, en cambio, en las empresas el principio de justicia distributiva (abanico salarial) es un valor pasado de moda y sólo cuenta salir primeros en la lista de “Consejeros mejor retribuidos del año”, y el pequeño comercio agoniza ante la imposibilidad de competir con las grandes superficies y cadenas y por la sangría de EREs, bajadas de salarios y del poder adquisitivo de las familias.

George Plassat: “La bajada de salarios ha provocado la desaparición de "gran parte de nuestros mejores clientes", y que son las clases medias las que están permitiendo "el crecimiento de los países emergentes".

Segundo, no hay duda de que a los ejecutivos de las grandes empresas la desaparición de la clase media sólo les preocupa a nivel de estrategia de venta; la dimensión social y lo que implica esa nueva realidad para muchas familias queda fuera de su área de interés; ni siquiera interesa a empresas con programas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), como Carrefour, que tiene su “Fundación Solidaridad”…que, por cierto, ¿Solidaridad? Las sociedad no necesita Solidaridad, la sociedad necesita que las empresas asuman la RESPONSABILIDAD que conlleva toda actividad económica: y la principal y más olvidada últimamente es la retribución justa. La solidaridad sí es voluntaria, y por lo tanto complementaria a la Responsabilidad Social Corporativa; lo que de ninguna manera es voluntario sino un deber es asegurar que los Derechos Humanos y Laborales se cumplan en toda la cadena de suministros, que los empleados puedan desarrollarse con dignidad y que la comunidad sienta orgullo de albergar a esa empresa (aquí entran el cuidado del medioambiente y la fiscalidad). Esto es la verdadera RSC. Es vital que las empresas entiendan por fin el papel fundamental que tienen en la configuración de las sociedades. Y de la desaparición de las clases medias son co-responsables todas aquellas grandes empresas que se han dedicado en los últimos años a destruir y precarizar el empleo a la vez que han incrementado las retribuciones a sus ejecutivos y dividendos a accionistas en detrimento de sus trabajadores, proveedores, productores, ya sean de Asia, Latinoamérica o de aquí mismo, de España, porque la explotación ya nos toca de cerca.


Los ciudadanos/consumidores no queremos solidaridad, 
¡EXIGIMOS RESPONSABILIDAD!

Por otra parte, cuando se hable de rasgos que definen al nuevo consumidor debería tenerse en cuenta lo anterior: los consumidores ya no sólo tenemos exigencias relacionadas con los productos en sí, sino con el modelo de empresa y sociedad al que aspiramos. Hay una conciencia creciente respecto del poder que tienen nuestros hábitos de consumo, y es ese un rasgo que deberían tener en cuenta al definir las estrategias de venta: la ciudadanía no quiere premiar con su consumo a empresas que contribuyen a la precariedad laboral, la brecha social y la expropiación de los derechos de la ciudadanía (sabemos que “expropiación” suena a país tercermundista, por eso creemos válido utilizarla en este contexto). Un claro ejemplo de esta nueva exigencia es el crecimiento que registró la banca ética: más de un 50% del año 2010 al 2011 (plena crisis), y sigue creciendo.

George Plassat: "Las cadenas de distribución no podemos seguir bajando los precios" porque eso supondría castigar al sector primario (el productor), llevarle a una situación ruinosa y "generar más paro".

De hecho, esto es justamente lo que han estado haciendo sistemáticamente 
las grandes cadenas de distribución y empresas para incrementar sus márgenes: presionar a los productores y proveedores e imponiendo las reglas de juego y sus condiciones hasta casi asfixiarlos…es bueno saber que se han dado cuenta de que allí ya no se puede exprimir más.

De lo que sí estamos seguros es que detrás de estas declaraciones hay una realidad: nuestro papel como consumidores en el paradigma económico y social es mucho más importante de lo que la mayoría cree. De hecho, los cambios en nuestros hábitos de consumo (ya sea por elección o porque no nos queda otra que no consumir) son capaces de llevar a reflexiones como ésta.


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